Todas las semanas se asomarán por aquí versos, poemas, fragmentos, estrofas y hasta canciones… de distintos poetas. Algunos os gustarán más y otros menos, supongo. Siempre podéis reescribirlos o dárselos a la abuela.
Hay una maldición, o varias, según uno lo tome, lanzada por Oliverio Girondo, en la que realmente se imagina uno la mala baba que se puede tener contra el enemigo, sea quien sea este.
Maldición. Oliverio Girondo
Que los ruidos te perforen los dientes, como una lima de dentista, y la memoria se te llene de herrumbre, de olores descompuestos y de palabras rotas.
Que te crezca, en cada uno de los poros, una pata de araña; que sólo puedas alimentarte de barajas usadas y que el sueño te reduzca, como una aplanadora, al espesor de tu retrato.
Que al salir a la calle, hasta los faroles te corran a patadas; que un fanatismo irresistible te obligue a posternarte ante los tachos de basura y que todos los habitantes de la ciudad te confundan con un meadero.
Que cuando quieras decir: «Mi amor», digas: «Pescado frito»; que tus manos intenten estrangularte a cada rato, y que en vez de tirar el cigarrillo, seas tú el que te arrojes en las salivaderas.
Que tu mujer te engañe hasta con los buzones; que al acostarse junto a ti, se metamorfosee en sanguijuela, y que después de parir un cuervo, alumbre una llave inglesa.
Que tu familia se divierta en deformarte el esqueleto, para que los espejos, al mirarte, se suiciden de repugnancia; que tu único entretenimiento consista en instalarte en la sala de espera de los dentistas, disfrazado de cocodrilo, y que te enamores, tan locamente, de una caja de hierro, que no puedas dejar, ni un solo instante, de lamerle la cerradura.
Espantapájaros, 1932
Para leer más de él, en la biblioteca, en la sección de poesía, buscando por su nombre Girondo, Oliverio; en la librería, claro. Y en google, si buscáis su nombre, os llevará a miles de páginas donde podéis leer su famoso poema 12 (de amantes), y muuuchos más.
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Su boca está llena de maldiciones, de mentiras y de ofensas;c sus palabras ocultan opresión y maldad. El cómplice del ladrón es enemigo de sí mismo, pues aunque oye maldiciones, no confiesa.
http://www.diostube.com/videos/3712/Las-Causas-de-las-Maldiciones-1-de-4-Armando-Alducin
Mi favorito. Lo leí una y mil veces y no puedo evitar la carcajada cada vez que lo releo en voz alta.
<3
Hajsja pete