Pequeño LdN


Yuyu, por John Tones y Guillermo Mogorrón

Las historias de yuyu son las historias que se cuentan, en penumbra y en voz baja. Son historias que no tienen explicación, que no quieren tener explicación o que nunca antes han sido explicadas. Y ahora, en el Pequeño LdN, cada quince días, tendrás fantasmas, invasiones, sucesos extraños y maldiciones sin explicación. Prepárate para tu ración de Yuyu.
El autor de estos cuentos es escritor y músico de rock, y entre otras cosas hace la página FocoBlog. Guillermo, el encargado de ilustrarlas, tiene un blog de dibujos.

Ondas

John Tones y Guillermo Mogorrón | 22 mayo 2010



I

Ahora los libros de Historia (si quedaran libros de Historia después de la Invasión, claro) dejan muy claro cómo empezó todo, pero yo creo que nos están mintiendo una vez más. “Claro”, diréis, “claro que nos mienten, no hacen otra cosa”. Está bien, los libros de Historia, los canales de televisión, las cadenas de radio, los periódicos nos mienten porque desde que los Turistas (ese asqueroso nombre que se ponen a sí mismos los Invasores) llegaron, no han hecho otra cosa más que mentir.

Los Turistas, los Invasores, los Extraterrestres, como queráis llamarlos, han reescrito nuestra Historia. Los más viejos del lugar, como mi padre o mi abuelo, se acuerdan de cómo sucedió todo, pero cuando yo tenga hijos y nietos, éstos habrán crecido con los periódicos y los programas de televisión controlados por los Turistas, y pensarán que todo lo que se dice ahí es cierto, porque no quedará nadie para contradecirles. Mi padre, a espaldas de las Fuerzas de Seguridad de los alienígenas, nos reúne a mi hermana y a mí para contarnos la verdad de la llegada de los Turistas a nuestro planeta, y nos lo repite cada noche, como si pensara que si deja de hacerlo un solo día se nos va a olvidar.

Y nos cuenta cómo durante el año 2012, hace ahora dos décadas, los Turistas llegaron a nuestro planeta en forma de rayos de luz que podían desplazarse por el aire, por el suelo o por los cables de alta tensión. Nos cuenta cada noche cómo se aprovecharon de las infraestructuras de todo el planeta para reproducirse y expandirse antes de que nadie se diera cuenta y nos cuenta cómo se trata de una civilización millones de años más avanzada que la nuestra, que ha descubierto ultrasonidos que debilitan toda voluntad y que obligan a quien los oye a obedecer las órdenes que llegan desde planetas a billones de kilómetros de distancia.

Fue la guerra más pacífica de la historia de la Humanidad, y también la definitiva. Los Turistas llegaron de forma invisible, multiplicándose. Cuando alguien dio la voz de alarma, era tarde: los alienígenas llevaban meses con nosotros, habían tomado posesión inadvertidamente de los medios de comunicación, y con su lenguaje ultrasónico doblegaron nuestras voluntades. Ni un muerto. Ni un herido. Ni una protesta. Por eso papá nos tiene que contar todo esto por la noche, cuando todo el mundo duerme, en una habitación aislada y a oscuras, debajo de las sábanas de la cama. Y nos prohíbe que hablemos con nadie de todo esto, porque nunca se sabe quién es un Turista camuflado o quién es un antiguo amigo convencido de que con los extraterrestres aquí vivimos una etapa de armonía y paz que no conviene discutir. La gente prefiere la comodidad de un mundo sin protestas y sin conflictos, aunque estemos siendo controlados por extraños a quienes nunca hemos visto frente a frente. Pero mi padre, mi hermana y yo jamás lo hemos preferido.


II

En esos libros de historia manipulados, los únicos que hay accesibles para la Humanidad, se dice que la llegada de los Turistas fue en el año 2012. Algunas evidencias indiscutibles hacen pensar que posiblemente se movían por la Tierra ya en 2011. Cualquier persona con un mínimo de lógica pensará que quizás llevaban unos cuantos años antes en el planeta, preparando el terreno para la invasión, quizás desde 2003 o 2004.

Sin embargo, pensando y pensando, he llegado a la conclusión de que los extraterrestres llevaban mucho tiempo antes en la Tierra. Dándonos señales de su presencia.

“Cómo”, os diréis, “qué sentido tiene que se hicieran notar si lo que querían era pasar desapercibidos”. Bien, pues ese era su plan. Supongo que muchos de vosotros habéis visto películas o leído libros de invasiones extraterrestres. Ahora no podemos encontrar ninguno, los Turistas se han encargado de eliminarlos todas, pero mi padre conserva libros, películas y comics de cuando era niño, cuando le contaban historias de invasiones de lo más variopinto. Enanos verdes con enormes cabezas, rayos que convertían a los insectos en fieras indestructibles y gigantes, capullos de los que salían réplicas idénticas a los humanos, platillos volantes que destrozaban medio planeta con sus sofisticados rayos desintegradores, robots enormes controlados por inteligencias de otro planeta, cerebros viscosos en enormes tarros escondidos en el subsuelo, meteoritos de los que salían babas rosadas que iban creciendo y haciéndose más rápidas y poderosas… la imaginación del hombre ha creado miles de invasiones desde otras galaxias. La teoría dice que los seres humanos siempre han contemplado con temor y reverencia la oscuridad infinita que había más allá de las estrellas, en los abismos negros del espacio profundo.

Pero yo creo que todos estos cuentos e historias las escribieron los propios Turistas. Los extraterrestres reales, ya infiltrados en la Tierra desde principios del siglo XX, escribían y publicaban estas historias de alienígenas chocantes e imposibles, de monstruos llamativos y guerras entre galaxias para que estuviéramos distraídos y no nos diéramos cuenta de que en realidad llevaban entre nosotros muchos años. Que los extraterrestres no eran ni babosas gigantes ni robots indestructibles ni monstruos con tentáculos y mil ojos, sino simples rayos de luz que estaban por todas partes, que se movían sin ser detenidos, que estudiaban nuestras vidas para revelarse cuando fueran lo suficientemente poderosos. Extraño, ¿verdad?. Los extraterrestres crearon las pesadillas ficticias procedentes de otras galaxias.


III

Solo me resta concluir con un aviso. Si mis cálculos no han fallado debéis estar leyendo esto en el año 2008, 2009 o 2010. No os preguntéis cómo lo he conseguido: los detalles de la transmisión de información transtemporal son minucias para nosotros, pero son conceptos que ahí, en vuestra época, no manejáis aún. La cuestión es: los Turistas están a punto de mostrar su letal presencia en nuestro planeta, vuestro planeta. Os han estado abotargando durante casi un siglo con historias de extraterrestres disparatados, alienígenas con pistolas de rayos y montados en naves de colores. La realidad es mucho más terrible y está ahí mismo, ante vuestras narices: en el aire que respiráis, en los rayos de luz que os despiertan cada mañana.

Estad atentos. Os quedan meses. Días. Horas. Espabilad.


Comentarios

  1. Guillermo Zapata [may 22, 15:00]

    Acojonante. Sin más.

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