18. El rumor

Estábamos muy extrañados de que no nos hubiesen descubierto todavía. ¡Todavía!. Así que decidimos pensar un plan para largarnos de aquela asquerosa isla de topos, porque tarde o temprano nos descubrirían (además queríamos volver a nuestro hogar de verdad, con nuestras familias…)

Pensé toda la noche un plan para escaparnos. Primero tendríamos que conseguir un barco en buen estado (¡no fuera a ser que naufragásemos otra vez). La cuestión era cómo diantres conseguirlo.

Esta pregunta me rondaba en la cabeza impidiéndome dormir, pero al final me sumí en un profundo sueño.

Soñé que unos jóvenes topos se rebelaban e ideaban una estrategia para… ¡matar al Rey Topotrón!

Me desperté sobresaltado. Al principio, estaba un poco asustado pero luego me convencí de que sólo había sido un sueño, así que seguí pensando en la manera de escapar.

Cuando salió el sol, sonó la alarma como siempre (sonaba como el estruendo que hace un derrumbe de millones de piedras gigantescas) y despertó a todos mis amigos. Yo, como ya os conté, ya estaba despierto. Juntos nos fuimos al “trabajo”.

Aquella mañana parecía que era como todas las demás. En la hora de descanso decidimos explorar toda la cueva.

Tom y yo nos fuimos a la parte izquierda, y Migui y Zas a la derecha.

Nosotros dos fuimos paseando por numerosos pasillos y galerías.

De pronto, oímos una voz desde la galería 78. El dueño de aquella voz sonaba como si estuviese muy, pero que muy enfadado.

Nos acercamos y vimos al Rey Topotrón hablando con otro topo; éste último le contaba al Rey que había oído rumores de que unos topos le querían matar para poder reinar ellos.

Al escuchar esto me quedé de piedra: ¡mi sueño era verdad! Y nosotros cuatro tomamos la misma decisión: teníamos que descubrir a los culpables y ayudar al Rey.

Pero… ¿cómo?