Cocinar no es un juego. Lo que hagamos aquí vamos a comérnoslo; así que mucha atención, disciplina, buen gusto y ganas de trabajar. Cada quince días una historia y una receta que podéis preparar vosotros mismos. A cocinar.
El autor de esta sección participa en Libro de Notas con una sección de cocina y otra de lengua.
¿Sabéis de qué hablaba el fraile? Exactamente. Él fue el primero en contar a los españoles y resto del mundo cómo eran las palomitas de maíz.
Los mexicanos precolombinos, según Sahagún, no únicamente se las comían, también las ensartaban haciendo collares y adornándose con ellos en fiestas. En la Cueva de los Murciélagos, en Nuevo México (EEUU) se han encontrado palomitas de hace unos 4000 años.
Eso responde otra interesante pregunta: ¿por qué algunos granos no estallan al hacer palomitas? Pues porque bien han perdido esa ligera humedad o porque la cáscara tenía algún defecto.
Hacer palomitas en casa es fácil: se pone la bolsa en el microondas, un minuto y a comer (cuidado al abrir la bolsa: el vapor que había en los granos se ha acumulado y sale muy caliente ¿verdad?). Bueno, pero ¿y si las queremos caseras-caseras, dulces y además de colores???
Personal:
– 1 ó 2 benjamines (más de 8 años)
– 1 adulto
Ingredientes:
– 1 taza de granos de maíz para palomitas
– Aceite de oliva
– Colorante rojo, amarillo y verde (de venta en supermercados, sección repostería)
– 250 gr de azúcar
– 1/2 vaso de agua
Materiales:
– 1 olla ancha con tapa
– 3 cuencos de cristal medianos
– 3 cuencos de cristal pequeños
– 1 sartén pequeña
– cuchara de madera
Ponemos en la olla un fondo de aceite a fuego medio. Echamos seis o siete granos de maíz y tapamos.
Cuando escuchemos el primer grano saltar es que ya está el aceite a la temperatura correcta. Abrimos y echamos dentro el resto del maíz y mezclamos rápidamente con el aceite. Dejamos hacer agitando suavemente la olla hasta que dejemos de escuchar explosiones y retiramos del fuego.
Ya están las palomitas. Si las quisiéramos “normales” bastará con añadir una cucharada de sal y remover.
Si nos atrevemos a más vamos con el colorante:
Repartimos las palomitas en los tres cuencos grandes.
Ponemos en la sartén el azúcar y el agua y calentamos a fuego medio, removiendo hasta que “hierva” y no presente grumos. Entonces, con ayuda de la cuchara de madera, echamos una porción en cada cuenco con colorante y removemos obteniendo así “almíbar de colores”.
Echamos cada almíbar sobre las palomitas aún tibias y removemos para que se impregnen de los colores.
Ahora os las podéis comer… o hacer como los indios mexicanos: divertidos collares.
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