Horchata de chufa

Cuentan que Jaime I, llamado el Conquistador, cabalgaba en una de sus campañas cerca del Mediterráneo valenciano, torturado por el calor, cuando, pidiendo a una moza huertana algo con lo que mitigar su sed, le dio ésta a beber de un líquido lechoso, fresco, aromático y dulce que calmó al primer sorbo los padecimientos del monarca de Aragón.

Al preguntar el Conquistador qué era aquel milagroso fluido le aclaró la joven que era “llet de xufla” (leche de chufa, porque hablaba en valenciano), a lo que el de Montpellier repuso “Això no es llet, això es or, xata” (esto no es leche, ¡es oro, chata!) y quedó así bautizado orxata, horchata, el precioso refresco típico del País Valenciano.

Bueno, la historia probablemente no es cierta (entre otras cosas, “chata” en aquella época significaba “enana” y era tenido por grave insulto, muy impropio de la dignidad de un rey). Pero eso no quita para que, en efecto, la horchata sea un auténtico tesoro, más en estas fechas veraniegas.

Sobresale la ventaja de ser refrescante al tiempo que nutritiva, lo que la convierte en una elección sin rival en días calurosos y ajetreados en los que comer sólido apetece poco y los telediarios y el sentido común nos conminan a tomar líquidos. Más todavía recordando que hablamos de un producto natural, desprovisto de química industrial, sin gas ni alcohol y aceptado sin problema por intolerantes a gluten o lactosa.

Pero nada de todo esto tendría valor si no fuera porque ¡está muy buena! Suavemente dulce, ligeramente aromática, con un característico punto de cremosidad, muy fresca pero no helada, se deja beber sin prisas en las largas tardes de verano, tras volver de la playa o el pinar, mientras el sol va dejando paso a “la fresquita”, momento ideal para el descanso.

Personal:
– 1 ó 2 Benjamines (más de 8 años)
– 1 adulto

Ingredientes:

– 250 gr de Chufa (de ser posible, comprobar que es de D.O. Valencia)
– 1 litro de agua
– 100 gr de azúcar
– Una pizca de canela en rama (opcional)

Materiales:
– Batidora de vaso (o brazo batidor)
– Recipiente ancho para remojar las chufas
– Jarra
– Colador grande de tela

Comenzamos la tarde anterior, lavando bien las chufas y las ponemos en un recipiente cubiertas de agua. Esto es necesario porque la chufa se vende seca, pero irá absorbiendo agua e hinchándose. Antes de irnos a la cama debemos escurrir el agua sobrante y volver a llenar el recipiente de agua para dejarlo toda la noche en nevera.

Bueno, también podemos probar a masticar un par de chufas. Están ricas, saben como a castañas.

A la mañana siguiente escurrimos las chufas y las dejamos secar un poco antes de preparar la horchata.

Simplemente las ponemos en batidora con el litro de agua y el azúcar (y la canela si queremos) y trituramos a máxima potencia durante cuatro o cinco minutos hasta que sea una crema lechosa homogénea.

De la batidora la pasamos a una jarra, filtrando con un colador de tela, poco a poco y con paciencia, apretando los restos que van quedando en el colador para obtener la mayor cantidad de líquido posible. Igual hay que vaciar el colador un par de veces antes de que acabemos con toda la horchata.

Ahora ponemos la horchata en la parte más fría de la nevera y dejamos que se enfríe antes de tomarla, muy fría y, si os parece más divertido, con pajita. Si queremos que enfríe más rápido podemos añadir algo de hielo, pero no mucho porque se aguaría.

Recordad que es una bebida natural, sin conservantes y sin esterilizar, por lo que es recomendable consumirla toda en el día.