Pequeño LdN


Yuyu, por John Tones y Guillermo Mogorrón

Las historias de yuyu son las historias que se cuentan, en penumbra y en voz baja. Son historias que no tienen explicación, que no quieren tener explicación o que nunca antes han sido explicadas. Y ahora, en el Pequeño LdN, cada quince días, tendrás fantasmas, invasiones, sucesos extraños y maldiciones sin explicación. Prepárate para tu ración de Yuyu.
El autor de estos cuentos es escritor y músico de rock, y entre otras cosas hace la página FocoBlog. Guillermo, el encargado de ilustrarlas, tiene un blog de dibujos.

Feliz Halloween

John Tones y Guillermo Mogorrón | 30 octubre 2010



1

Este año iba a ser la primera fiesta de Halloween de Gus. Su madre le había fabricado un disfraz de zombi perfecto, que se había probado media hora antes de salir a la calle sólo para correr por la casa asustando al gato y bromeando con su padre. El disfraz era una camiseta vieja que habían roto por el pecho y la espalda, un montón de tierra y barro que habían usado para manchar camisa, pantalones y zapatos y un maquillaje que le había hecho su primo, que trabajaba en el cine, con sangre falsa y una especie de plástico líquido con el que le había moldeado unas cicatrices muy desagradables en el brazo y la cara.

Gus estaba encantado, y no solo porque fuera la primera fiesta de Halloween que vivía. Hasta ahora, sus padres lo habían considerado muy joven como para salir a la calle, pero ahora que tenía nueve años, su padre había accedido a dejar que bajara disfrazado al parque hasta que anocheciera. La comunidad de vecinos organizaba una pequeña fiesta a última hora de la tarde, con un concurso de disfraces, y su madre había prometido no molestar mucho y dejarle a su aire: se pondría a hablar con las madres de sus amigos y Gus se comportaría como un auténtico zombi, haciendo ruidos guturales, babeando y asustando a los niños más pequeños que él.

A las siete y media bajaron. Una banda de música con todos sus componentes disfrazados de vampiros tocaban canciones con letras macabras, y tanto niños como adultos iban disfrazados de monstruos. Su madre se había puesto un traje de bruja, el único disfraz que había en casa, y cuando Gus vio a sus amigos, se soltó de su mano y corrió a hablar con ellos. Esteban se había disfrazado de monstruo de Frankenstein, Raquel de enfermera monstruosa y Fernando de asesino con hacha. Todos daban mucha risa con su sangre falsa y sus armas, caretas y cadenas de plástico.

A las ocho y pico, Gus oyó que alguien decía su nombre. Parecían llamarle desde el escenario. Se giró y vio cómo el cantante le miraba fijamente y cantaba una letra que solo entendió a medias sobre ollas, bebes rollizos, brujas en el bosque y rituales prohibidos. Riéndose, se giró de nuevo hacia sus amigos para comentarlo, y no vio a ninguno. Miró a la zona de los adultos. No vio a su madre.

Gus notó cómo el pulso se le aceleraba mientras miraba fijamente dentro de las máscaras de la gente… todo parecía haber cambiado, y súbitamente… aquellas máscaras ya no parecían máscaras. Las verrugas de las brujas eran de verdad, los machetes de los asesinos enmascarados chorreaban algo que podía ser sangre real, y aquel zombi de la esquina… bueno, o había un genio del maquillaje entre los vecinos de la urbanización, o aquel zombi era de un realismo francamente inquietante. Gus empezó a sudar debajo del maquillaje, y a tragar saliva cada vez más rápido.

La gente, los monstruos parecían haberse dado cuenta de la situación, y se giraron para mirarle. ¿Parecían estar creciendo? ¿Eran cada vez más gigantescos? La banda paró de tocar. Miró hacia el escenario y allí estaban los cuatro vampiros musicales, observándole con atención. Gus empezó a sollozar y se sentó en el suelo. No quería que todos aquellos monstruos se echaran sobre él, pero veía cómo poco a poco iban andando hacia donde estaba arrinconado, e incluso alguno estiraba una putrefacta zarpa de largas uñas para agarrarle.

De repente, de detrás de un grupo de hombres de las cavernas con enormes colmillos salió su madre, que corrió hacia Gus y lo cogió en brazos, consolándole. Sus amigos también aparecieron rápidamente… ¡habían ido a por una bebida!. Los monstruos no eran tales, sólo gente normal que se había asustado al verle llorar, y su imaginación había hecho el resto.


2

Esa noche, cuando el susto había pasado y la madre de Gus le había limpiado el maquillaje y los restos del disfraz de zombi, su padre le sentó a su lado frente a la tele, donde estaban poniendo una película de terror que aún era muy pequeño para ver.

—Ya me ha contado mamá que te has perdido un rato en la fiesta.

—Sí, me despisté un momento y me asusté. Como todo el mundo iba disfrazado…

—¿Por un momento has creído que toda la gente disfrazada eran monstruos de verdad?

—Sí… —respondió Gus con cierta vergüenza por el mal rato que había pasado.

—Bueno —dijo su padre, con una enigmática sonrisa—. Pues bienvenido a Halloween.

Cuando Gus volvió a su habitación dándole vueltas a las palabras de su padre, se acordó del cantante de la banda, vestido de vampiro, mirándole. Realmente, Gus había creído, durante un segundo, que aquel tipo iba a abrir la boca y le iba a chupar hasta la última gota de sangre. Se rió de nuevo. Le había gustado pasar miedo.

El año que viene volvería a celebrar Halloween.


Comentarios

  1. Ana Lorenzo [oct 31, 17:03]

    Ah, no. Yo esta noche no voy a acompañar a nadie a la fiesta de Halloween. Esta historia confirma mis sospechas de otros años: están ahí, y son hasta amigos tuyos… Me voy a encerrar en casa con las luces apagadas. Eso sí, las niñas se tienen que ir. Que no se hubiesen disfrazado de niña del exorcista y de zombie. No me fío de ellas, ya no.

Deja un comentario

Recordar

Sobre Pequeño LdN



Archivo:

  • Listado de números
  • Mostrar columna

Créditos:

Un proyecto de Libro de notas

Dirección: Óscar Alarcia

Licencia Creative Commons.

Diseño del sitio: Óscar Villán

Programación: Juanjo Navarro

Mascota e ilustraciones de portada: Antonio G. de Santiago

Desarrollado con Textpattern


Contacto     Suscripción     Aviso legal


Suscripción por email:

Tu dirección de email: