Pequeño LdN


Yuyu, por John Tones y Guillermo Mogorrón

Las historias de yuyu son las historias que se cuentan, en penumbra y en voz baja. Son historias que no tienen explicación, que no quieren tener explicación o que nunca antes han sido explicadas. Y ahora, en el Pequeño LdN, cada quince días, tendrás fantasmas, invasiones, sucesos extraños y maldiciones sin explicación. Prepárate para tu ración de Yuyu.
El autor de estos cuentos es escritor y músico de rock, y entre otras cosas hace la página FocoBlog. Guillermo, el encargado de ilustrarlas, tiene un blog de dibujos.

Más allá del crepúsculo

John Tones y Guillermo Mogorrón | 13 marzo 2010



22 de febrero de 2010

¡Hola a quien esté ahí! Desde luego, es un alivio saber que este blog no tiene lectores, porque así puedo contar lo que me ha pasado sin miedo a que mis padres o mis compañeros del instituto me den la paliza o me den consejos, que es algo que odio. No me llamo Mónika, claro, es un seudónimo, y he cambiado algunos nombres para que nadie pueda saber quién soy ni donde estoy. Pero todo lo que cuento es real.

¡Y cuánto me alegro de que lo sea! Al principio yo misma no podía dar crédito: cuando empezó a formarse en mi cabeza la idea de que Eduardo podía ser un vampiro, tuve que ir al baño del instituto a encerrarme para que nadie oyera mis carcajadas. “¡Menuda tontería!”, pensé. Pero no. Las pruebas son concluyentes: Eduardo es un vampiro, y él mismo no va a tener más remedio que reconocerlo, seguro.

Pero no es un vampiro como creemos que son los de su especie, es distinto y mejor. Para empezar, puede salir de día: viene al instituto y a clase, y ni se desintegra ni nada de eso. Pero es por la noche cuando tiene toda su fuerza, y cuando más guapo está. Es como si la piel le brillara, como si cada centímetro del cuerpo respirara de forma independiente, es una cosa muy rara, como si fuera de otro planeta. Se lo noté el otro día, me di cuenta de que había algo raro en él, pero me callé y seguí observando.

Ayer me percaté, y eso sí que es innegable, que no se alimenta de lo mismo que nosotros. En el comedor escolar solo cogió algo de fruta, y se sentó solo en un rincón. Aproveché para hacerle compañía, y nos estuvimos riendo un rato y hablando de música: le gustan los mismos grupos que a mí, grupos que cantan sobre el lado oscuro de la vida, sobre lo que hay más allá de la muerte. Me encanta Eduardo.

En casa todo igual. Nada más llegar, bronca de papá por llegar tarde y bronca de mamá por no dejar recogida la cocina. Un día se van a enterar.

Mónika. ☻


25 de febrero de 2010

Broncas, broncas sin parar. Estoy harta de esta casa y de sus incomprensibles reglas. Estoy harta.

Menos mal que con Eduardo todo es distinto. Es amable y sensible. Sabe escuchar, es tranquilo y no le importa que yo sea diferente a las demás. Hoy estaba tan bien con él que me he lanzado y le he dicho que creía que era un vampiro. ¡Menuda cara ha puesto! Primero lo ha negado, claro, pero después no ha tenido más remedio que reconocerlo. Ya le he dicho que ni me importaba ni me daba miedo, que me encanta cómo es. Me ha explicado un poco cómo es la vida que llevan: no tiene ataúdes ni nada de eso, simplemente descansa en el suelo de su casa. Eduardo no conoce a nadie como él, pero sabe que tiene que haber más. Y no matan a nadie para beberse su sangre, al menos él no: él se alimenta de pequeños animalitos y carne cruda. Dice que al principio es un poco desagradable, pero te acostumbras. Ni se transforma en niebla ni tiene superfuerza ni ninguna de esas cosas de las pelis, simplemente es un chico normal que tiene que alimentarse de cosas especiales.

Y no muere nunca, por supuesto. Dice que tiene trescientos años. Le he dicho que me daba muchísima envidia, pero no querría vivir trescientos años aquí en esta casa en la que odio a todo el mundo, claro, sino trescientos años con él, y se ha reído.

Mónika ☻


2 de marzo de 2010

Hoy he tenido un momento un poco raro con Eduardo. Le he dicho que estaba harta de estar en casa, que me quería ir con él. Que quiero ser una vampira. Primero se ha reído, me ha dicho que no sabía lo que estaba diciendo, pero he conseguido convencerle. Yo creo que es porque me ha visto tan decidida. Le he dicho que si hay que alimentarse de ratas me alimentaré, y si somos los dos únicos vampiros en el mundo y no podemos tener amigos, me da igual, porque de todos modos ahora no tengo muchos.
Se ha quedado muy serio, y me da miedo que se haya enfadado.
Por favor, por favor, por favor, que se lo piense mejor, yo sólo quiero estar con él…

Mónika ☻


3 de marzo de 2010

¡Bien! Hoy después de clase me ha dicho que sí, que estaríamos juntos y que le apetece tener compañía después de tantos años solo. Al parecer hay que hacer una ceremonia en la que él se bebe un poco de mi sangre y yo un poco de la suya, y luego seremos vampiros. No me da nada de miedo, estoy feliz de poder estar con él para siempre. ¡Adiós, papá, adiós mamá, pronto seré una no-muerta y os arrepentiréis de no haberme tratado bien!

Mónika ☻


4 de marzo de 2010

Esta es la última entrada de este blog, estoy escribiendo desde la biblioteca porque no puedo volver a casa. He venido corriendo sólo para avisar a los posibles lectores de este blog: no os creáis lo que os diga un vampiro. Eduardo me ha engañado y me ha convertido en una esclava. No puedo desobodecer sus órdenes. Tengo que conseguirle personas para que se alimente con su sangre, aunque yo solo puedo alimentarme de perros, gatos y otros animales. Paso un hambre terrible, como si me estuvieran agujereando el estómago, pero Eduardo me ha dicho que me acostumbre, que eso es ser un vampiro: no dejar de pasar hambre nunca. En sólo unas horas he intentado huir varias veces, pero es imposible: si me alejo demasiado de él un penetrante dolor de cabeza me tira al suelo y me deja inconsciente. Eduardo dice que vamos a pasar muchos años así, conmigo alimentándole y consiguiéndole víctimas.

Y lo peor es que su aspecto real no es el que yo veía y creía. Los vampiros ejercen una especie de hipnosis en quienes les rodean, que les ven magnéticos e irresistibles, pero no es cierto. Eduardo tiene las orejas puntiagudas y llenas de marcas, unos afilados colmillos, finos y verdosos, en la parte delantera de la boca, la cabeza con forma como de lobo, con un pequeño morro que moquea y babea. La piel la tiene amarillenta y llena de grietas, sus dedos son huesudos y con la piel fina y blanda, los ojos no tienen pupilas y cuando sonríe ya no es tranquilizador ni reconfortante: su risa me hace llorar de miedo y temor. Poco a poco me convertiré en uno de ellos: las palmas de las manos ya me huelen a esa mezcla de amoniaco y desinfectante bucal a la que apesta él, y los dedos de mis manos cada vez son más largos y delgados. Las uñas se me han caído y tengo los labios verdosos y agrietados. No me atrevo a mirarme en el espejo.

Si me véis por la calle, tened cuidado de mí, por favor.

Mónika ☻


Comentarios

  1. Guillermo Zapata [mar 13, 14:53]

    Grandiosa y necesaria vuelta de tuerca.

  2. lidix [mar 17, 13:30]

    Mola esta versión crepuscular, creo , que si realmente existieran los vampiros esto sería mas parecido a la verdad. Je.
    Genial el dibujo de Guille, (creo que en parte la modelo soy yo, sino, yo me encuentro parecida,jajaja ).

  3. Guillermo P. Mogorrón [mar 21, 22:07]

    Gracias lidix, pero verás que no he publicitado el dibujo mucho, no ha sido mi mejor obra. A lo mejor me habría salido mejor de haber tenido modelo, pero no, no eras tu, jeje.
    El modelo de la semana que viene será Morte…:D

  4. Mary [oct 22, 23:35]

    eso es crepusculo invertido con luna nueva, aunq un poco exagerado creo, y ps si es verdad esta historia, que no se dio cuanta antes de que no era asi de guapo como ella creia? bueno en fien, no creo que sean ni esten asi, se supone que son los seres mas hermosos de la tierra no? en fin menuda historia, lo cierto es que yo daria lo que fuera por ser un ser no-muerto, un VAMPIRO….

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