Me llamo Matemáticas, pero todos me llaman Mati, se ve que les da menos miedo y les gusta más. Aunque no me veas, estoy en todas partes y te puedo explicar el porqué de muchas cosas que están a tu alrededor. ¿Me acompañas? Tengo dos amigos muy curiosos, Sal y Ven, son hermanos y dueños de Gauss, el perro más listo de todos los perros. Estos dos amiguitos siempre están preguntando cosas y vendrán con nosotros en nuestras aventuras. Las mates de estas historias son cosa de Clara y los dibujos los hace Raquel.
Y ahora también podéis seguirnos en Mati, una profesora muy particular
Ganador del Premio al Mejor Blog en los premios 20Blogs 2011
Ganador del Premio al Mejor Blog de Educación los premios Bitácoras.com 2011
Ganador del Premio PRISMA 2013 al mejor sitio web de divulgación científica
También estamos en tu librería con Hasta el infinito y más allá
ATENCIÓN: NUEVOS CAPÍTULOS EN NAUKAS
—Esa es Escorpio, Ven.
—¿Cómo lo sabes, Sal?
—Por esa estrella roja, es Antares.
—Es verdad, si es muy fácil de reconocer —aceptó Ven.
—Y ésa con forma de cruz, debe ser el Cisne… —siguió Sal tratando de identificar más constelaciones con el planisferio celeste.
—¡Toma, Sal! Mira, ahí está Leo —dijo Ven.
—Sí —afirmó Sal —Parece de verdad un león recostado —pero algo les desconcertaba mientras miraban al rey de la selva.
—Sal, ¿qué estrella es esta que no aparece en el planisferio? —dijo el pequeño apuntando al cielo con su mano.
—No lo sé. ¡A lo mejor hemos descubierto una estrella!
—¡Qué guay! ¡Le podemos poner el nombre de Gauss!
—Pero si Gauss ya tiene un cráter en la Luna, Ven, nos lo contó Mati, ¿recuerdas? —respondió Sal.
—Ya, pero ese Gauss era el príncipe de las matemáticas —replicó Ven —Yo quiero poner el nombre de nuestro Gauss.
Gauss, que estaba medio dormido en el jardín levantó las orejas al escuchar su nombre y se acercó a ellos. De pronto, Mati y su amigo Mister Green aparecieron del interior de la casa.
—¿He oído que habéis descubierto algo? ¡Contadme! — dijo Mister Green.
—Mister Green, es que hemos visto una estrella que no aparece en el plano que nos has dejado — dijo Ven emocionado —y entonces, ¡creemos que hemos descubierto una nueva estrella!
Ven se abrazó a Mati con todas sus fuerzas para tratar de liberar un poco de emoción.
—¿Dónde está esa nueva estrella? —dijo Mister Green.
Entre Sal y Ven localizaron la constelación de Leo y señalaron su descubrimiento.
—Chicos… Lamento deciros que no habéis descubierto una estrella —dijo Mister Green mientras señalaba una estrella en el cielo —Fijaros bien, ¿veis esa estrella?
—¡Sí! ¡Es muy brillante! —dijeron los niños al unísono.
—Efectivamente, se llama Vega y es una de las más brillantes que podemos ver desde nuestro planeta ¿Veis como parece que parpadea? —preguntó Mister Green.
—¡Es verdad! —dijo Sal.
—¿Y eso por qué es? —preguntó Ven.
— Os lo explicaré: la luz de las estrellas tiene que atravesar nuestra atmósfera, y eso provoca turbulencias que hacen que veamos ese efecto que en Astronomía se llama titilar.
Sal se quedó un rato pensativo mirando el cielo con mucha concentración.
—Entonces Mister Green, si salimos al espacio, ¿no veremos a las estrellas titilar?
—¡Efectivamente Sal!
—¡Toma, toma y toma! —exclamó el pequeño.
Pero a Ven todavía le picaba la curiosidad.
—Pero la estrella que hemos descubierto no titila. ¿Por qué?
—Porque… ¡no es una estrella sino un planeta! Y además, es un planeta que tiene anillos. ¿Sabéis que planetas tienen anillos? —preguntó Mister Green.
—¡Yo sí lo sé! —Exclamó Ven —Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno tienen anillos.
—¡Perfecto Ven ¡Eres todo un genio! —dijo Mister Green mientras Ven se sonrojaba, el pequeño no sabe gestionar bien los halagos…
Pero entonces las dudas abordaron a Sal. Mati contemplaba la escena con una sonrisa, había pocas cosas que le gustasen más que la curiosidad de sus amiguitos.
—Mister Green, pero la luz de los planetas también atraviesan nuestra atmósfera. Entonces, ¿por qué no titilan?
— ¡Qué buena pregunta, Sal! Las estrellas están tan lejos que las vemos como si fueran puntitos. Sin embargo, los planetas los vemos como pequeñas bolitas porque están mucho más cerca —explicó Mister Green —y el titileo sólo afecta a objetos puntuales. Por eso no ves al planeta titilar.
—Pues a mí el planeta me parece un punto —dijo Sal.
— Si mirásemos con un telescopio una estrella seguiríamos viendo un punto, mientras que si miramos un planeta, veríamos una bolita —aclaró Mister Green.
—¡Vamos a comprobarlo! —exclamó Ven.
Leo, el pequeño telescopio de Mister Green, saltaba de alegría. A los niños les gustaba mucho la mascota de Mister Green desde el día que éste se la presentó con aquello de “su nombre es Leo, Gali Leo”. A Leo, mirar el cielo a través de un telescopio siempre le causaba gran emoción. Mister Green sacó una caja bastante grande, montó el trípode, el motor de seguimiento y finalmente el telescopio. Sal y Ven miraban con la boca abierta.
—Y aquí os presento a un telescopio de 10 pulgadas, o lo que es lo mismo, ¡un telescopio de 25 centímetros! —dijo Mister Green.
—Pero el telescopio mide más de 25 centímetros —dijo Sal.
— De largo sí, pero cuando decimos que un telescopio tiene 25 centímetros nos referimos al diámetro del objetivo del telescopio.
Mister Green, Mati y los pequeños se situaron alrededor del telescopio. Leo saltaba de alegría en los hombros de Mister Green mientras Gauss lo miraba con cierta pelusilla.
—Primero apuntaremos a esa estrella —dijo Mister Green señalando a Antares, la estrella más brillante de Escorpio.
Mister Green dirigió el telescopio hacia la estrella y Sal se puso primero para mirar.
—¡Es verdad! Se sigue viendo un punto, además es muy rojo y sigue titilando ¡Cómo mola! —exclamó Sal.
—¡Me toca! —dijo Ven mientras plantaba el ojo en el ocular —¡Cómo mola! ¡Ahora quiero ver el planeta que hemos descubierto!
Mister Green se puso manos a la obra y apuntó el telescopio hacia ese punto que desafiaba la curiosidad de los niños. Cuando lo tuvo bien enfocado invitó a Ven a mirar.
—¡Toma, toma y toma! ¡Es igual que en los libros! ¡Es Saturno! —dijo Ven con los ojos un poco húmedos.
—Efectivamente Ven, ¡el planeta que habéis descubierto es Saturno! —respondió Mister Green.
Le llegó el turno a Sal y se dispuso a mirar.
—¡Cómo molan los anillos! —dijo el gafotas casi sin poder cerrar la boca de la emoción.
—¿Puedo mirar yo? —preguntó Mati y Mister Green hizo una graciosa reverencia invitándola a asomarse.
—¿A que mola mucho, Mati? —preguntó Ven entusiasmado.
—Es maravilloso —dijo la pelirroja con voz temblorosa al borde de un Sthendalazo
—¿Con cuántos aumentos lo estamos viendo? —quiso saber Sal.
—Ésa es una pregunta muy interesante —dijo Mister Green mientras sacaba su cuaderno —Primero tenemos que saber la distancia focal del telescopio. ¿Veis que lo pone aquí? —Mister Green señalando una placa que había en el telescopio.
—¡Sí! Pone f=125 cm —dijo Sal.
—Y en el ocular, ¿qué distancia focal tenemos? —Volvió a preguntar Mister Green.
—A ver… ¡12 milímetros! —dijo Ven entusiasmado.
Mister Green cogió su cuaderno, puso todo en las mismas unidades y calculó los aumentos.
—Entonces Mister Green, ¿vemos Saturno 104.16 veces más grande? —preguntó Sal.
—No exactamente. Lo correcto sería decir que vemos Saturno como si estuviéramos 104.16 veces más cerca —respondió Mister Green.
Saturno, que esa noche se encontraba a 1361 millones de Km., lo estaban viendo como si estuviera a tan sólo 13.06 millones de Km. En esos momentos el tiempo se paró y los pequeños disfrutaban viendo el planeta de los anillos además de Titán, Rea y Dione, tres de sus satélites. Mati y Mister Green se sonrieron con complicidad. Gauss se quedó dormido, las grandes maravillas le daban mucho sueño.
FIN
Pues sí, como ya os conté el día de la fiesta de cumpleaños, de vez en cuando nos visitará algún amigo para hablarnos de otras ciencias que molan tanto como las Matemáticas y que les gustan mucho a Sal y Ven. En aquella ocasión, fue Fis, el que nos explicó el Principio de Inercia y lo pasamos muy bien jugando a las carreras de coches.
Hoy, nuestro invitado es Mister Green que, creado por el autor de Los pilares de la Ciencia, nos ha venido a hablar de Astronomía, nos ha enseñado una palabra muy bonita, titilar y nos ha regalado esa foto maravillosa de Saturno de la última ilustración, hecha por Fernando Cabrerizo y Ernesto Gonzalo.
Nos vamos hasta dentro de 15 días, sed buenos y no olvidéis mirar mucho a las estrellas. Y si lo hacéis en silencio, puede que lleguéis a escuchar alguna risa, como de un niño, como de un príncipe pequeñito...
MATI
…si algún día, viajando por África cruzan el desierto. Si por casualidad pasan por allí, no se apresuren, se los ruego, y deténganse un poco, precisamente bajo la estrella. Si un niño llega hasta ustedes, si este niño ríe y tiene cabellos de oro y nunca responde a sus preguntas, adivinarán en seguida quién es. ¡Sean amables con él! Y comuníquenme rápidamente que ha regresado ¡No me dejen tan triste!
El principito. Antoine de Saint-Exupéry
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Bellísima la entrada y muy buena incursión de la astronomía tan cercana y querida por las mates. Ánimo!
Recordando y aprendiendo Astronomía. ¡Me ha encantado! ¡Y qué gran esfuerzo de divulgación científica! Gracias.
Me ha gustado mucho, muy bien redactado y sintetizado así como con mucha y muy importante finalidad didáctica.
Fantástico!educativo e ilustrativo tanto para niños como para los mayores que nos iniciamos en el maravilloso mundo de la astronomía. Enhorabuena.