Capítulo 4: ¡Qué gente!

Al día siguente, partimos.
Paseando, nos encontramos a una chica.
Olía FATAL, llevaba unas gafas 3D negras, el pelo lleno de gomas, pinzas y orquillas.
Vestía una camiseta blanca y rota.
Era perseguida por 25 moscas, por lo menos.
―¿Estás seguro de que eso es un hombre, Tobi?
Es tan feo que no se sabe.
―Si, es un hombre. Pero la mar de horripilante.

En ese momento, se me removieron las tripas.
Me acababa de dar cuenta de que era una chica.

Venía cantando: ¡Hola, soy Chompiacnelistifisola!
En ese momento, se limpió los mocos con la mano, y nos ofreció un apretón de manos.
Quise ser amable, pero lo más educado que me salió fue:
―¡¡¡¡¡CORRE DRACO!!!!!
Soy adorable, ¿eh?
Corrimos y corrimos a 50km por hora (O eso me pareció a mí)
Nos topamos con otra persona.
Era justo lo contrario.
Era una chica, ahora, si se sabía.
Llevaba un anillo en cada dedo de la mano.
Dos collares en el cuello, una camisola, gafas de sol y unas botas a juego.
―Hola… ―dijo con acento francés―. Me llamo Cristina, soy de origen francés y soy la más rica de Reflunflulandia.

A Draco y a mí nos sonaron las tripas.
―¡Teneis hambre!
Os invitaré a mi mansión a comer. ¿Qué decís?
―¡Nos huesiaría!
Comimos genial y dormimos allí.
Al día siguiente nos despertamos muy tempreano.
Oímos un ruido…