*Un lujo de Viaje* trata sobre un perro, Tobi, que se cuela en un armario mágico que le lleva a una especie de mundo alternativo. Allí, junto a su mejor amigo Draco, vive muchas aventuras y conoce a gente muy curiosa y simpática. Me llamo Adriana y tengo 10 años.
Capítulo 3: La casa de Myshoolck
Adri Lado
| 21 mayo 2011
―¡Hola! ―dijo una mujer de aspecto joven―. Me llamo Paula, y esta es Laura, mi hermana.
―¡Hola! ―dijo la chica que se suponía que era Laura.
Somos las periodistas de este barrio.
Esas 2 chicas tan simpáticas nos enseñaron Reflunflulandia
Cuando se fueron, nos quedamos solos. En un barrio que no conocíamos nada, porque, a pesar de que nos lo explicaron, Draco no paraba de decir:
―Tobi…
―Que…
―Eh…
―¡Shhh! Nos están explicando de qué va el barrio…
―¡¡¡Tengo pipi!!!
―Hazlo en esa esquinita.
―¡Me da vergüenza!
―¡Eres un perro!
―Acompáñame a esa cabina,anda…
―Está bien…
Y cuando volvimos (como no se dieron cuenta de que nos fuimos) dijeron que se tenían que ir.
De repente, vi a una niña que salió de la niebla.
Se dirigió hacia nosotros y nos dijo:
―¡Hola!Soy Marujita
―Yo soy Tobi y él es…
―¡Soy Pepito
―Y él es Draco…
―NOOOOO,soy Pepito…
Esa niña tan simpática, nos invitó a su casa.
En el salón de su casa, estaban Paula y Laura.
Luego, nos llevó al comedor.
En el comedor, había una pareja de aspecto relajado.
―Estos son mis padres, Myshoolck, mi madre y Myshock mi padre.
Marujita nos llevó al salón de fiestas. Ahí había 3 personas.
Estos son el chico y la chica del barrio, son como mis tíos, pero no lo son.
Y esta es Shimpora, la muchacha.
―¡Que perritos tan monos! ―dijo con su agradable voz que parecía una
cantante de ópera.
Finalmente, nos llevó a la cocina, donde había una pareja de ancianos.
El anciano estaba tumbado en la mesa, mientras la anciana bailaba el chachachá.
―Estos son mis abuelos maternos.
Julia, mi abuela, que le gusta que le llamen Julieta, y mi abuelo Rome.
Y no, no le gusta que le llamen Romeo, sino Julieto, no sé por qué.
Nos ofrecieron una bonita abitación para pasar la noche.
Había otros invitados. Un minero, Rofck y su mujer, una profesora, Beatriz.
Esa noche dormimos como cachorritos (como unos bebés).
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