Mi yo malvado es… ¡Bito!

Íbamos paseando por Tomidra cuando nos encontramos con 2 perros y 1 gatito clavaditos a nosotros.

El que más se parecía a mi nos dijo.
—Mi nombre es Bito, este gato es Guimi, y el gordo —dijo mientras señalaba al perro clavadito a Draco— es Codra.
Nos dimos cuenta de que sus nombres eran los nuestros al revés. Era muuuuuy extraño. Seguimos callados, sin decir ni “guau”.
—Somos —prosiguió Bito— vosotros en la 23ª dimensión; la malvada. Somos vosotros en malvado.
—¡Tobi —me susurró Migui—. ¡Por eso esto se parece tanto a la Tierra!
—Sí —exclamó Guimi, que pareció excucharle—, y es plana porque es MALVADA…
—Nosotros —dijo Codra— somos los únicos supervivientes.
—Pero si sois malos… ¿Por qué no nos haceis nada? —dijo Migui.

Entonces, se nos acercaron y vimos todo negro, negro y negro…
Al despertarnos, estábamos en una cárcel escoltados por ellos tres.

—Vale, chicos —intervine—, tenemos que salir de aquí.
—¡Eso ya lo sabíamos! —replicó Draco.
—¡Calla Draco! —le grité.
—Allí hay una máquina —murmuró Migui mientras señalaba una máquina que había fuera de la celda—. Puede ser una máquina transportadora de dimensiones. Solo tenemos que llegar hasta ella y… ¡ZAS! Señalamos la 1ª dimensión y vuelta a casa!
—Migui… —dije—. Yo te nombro el Cerebrín-Salvador del grupo.