Pequeño LdN


Con las cosas de comer, por Miguel A. Román

Cocinar no es un juego. Lo que hagamos aquí vamos a comérnoslo; así que mucha atención, disciplina, buen gusto y ganas de trabajar. Cada quince días una historia y una receta que podéis preparar vosotros mismos. A cocinar.
El autor de esta sección participa en Libro de Notas con una sección de cocina y otra de lengua.

Gazpacho

Miguel A. Román | 31 julio 2010

Al punto de irnos de VA-CA-CIO-NES, tenía yo pensada una receta para contaros, pero encontré un problema. Como sabéis, lo prometido es contar una historia y a continuación la receta protagonista de la historia.

Pero ¿qué sucede cuando no hay historia que contar? Pues ese es el caso de la receta de hoy: el gazpacho andaluz, que no tiene historia, que no se sabe de dónde salió ni quién lo inventó. Ni siquiera se sabe por qué el gazpacho se llama gazpacho ni de dónde viene esa palabra.

Lo que sí se sabe es que los romanos y los árabes que habitaron Andalucía, tomaban sopas frías parecidas los días en que el calor era fuerte (“la caló”, dicen por allí). Y que hasta que se descubrió América no pudo llevar tomates, porque en Españá ni en Europa había tomates ya que esa planta se trajo desde allí.

El gazpacho lo tomaban principalmente la gente que trabajaba en el campo, gente humilde que no sabía ni leer ni escribir pero que ya sabían que los días de mucho calor había que hacer lo que ahora dicen por la tele todos los días: que hay que tomar mucho líquido fresco y alimentos ligeros y con muchos minerales y vitaminas. O sea, gazpacho.

Cuando yo era niño, en mi casa, como en muchas casas andaluzas (que yo soy de allí), el gazpacho no se tomaba espeso y con cuchara como hoy hacen en muchos sitios, sino que se hacía suelto y se bebía en un vaso. Hoy lo sigo haciendo y tomando así, y así os lo cuento.

Personal:
– 1 ó 2 Infantiles (más de 10 años)
– 1 adulto

Ingredientes:
– 1 lata de tomate triturado (tamizado) ó 3-4 tomates maduros
– 1/2 pimiento rojo
– 1 diente de ajo
– 1 vaso de aceite de oliva virgen extra (suave pero aromático)
– Trozos de pan duro
– Agua
– Sal
– 1/ pepino (opcional)

Materiales:
– Batidora de vaso o Brazo batidor
– Recipiente hondo
– Colador
– Cuchillo con filo serrado
– Botella de plástico de 1 litro u otro recipiente para nevera

El gazpacho se machacaba a mano en un almirez, y a alguien escuché una vez decir que era “zumo de muñeca”, queriendo decir que era el movimiento y esfuerzo de la muñeca del brazo el que lo dejaba “bien hecho”. Pero, bueno, usando una batidora tampoco queda mal.

En un bol hondo mezclamos un par de vasos de agua con un chorrito de vinagre, y ponemos en remojo unos trozos de pan (mejor si es pan duro o de ayer, porque así se aprovecha); si flota ponemos encima un plato o algo que haga que se hunda y se empape bien del agua.

Ponemos en la batidora el tomate triturado (o los tomates crudos), medio pimiento rojo cortado en cachitos (recordad: para cortar la verdura se utiliza un cuchillo con filo de sierra), un diente de ajo pelado y cortado en dos o cuatro trozos, un vaso de aceite de oliva virgen extra, otro vaso de agua y una cucharadita de sal.

Tapamos la batidora y la ponemos a toda potencia dos minutos (también se puede hacer con brazo batidor, pero teniendo cuidado de sujetar bien el vaso y de mover el batidor para que quede todo bien molido y mezclado).

El “zumo” de la batidora podemos pasarlo después por un colador si queremos quitar los trocitos de piel y semillas. Después lo volvemos a la batidora y añadimos el pan mojado, que antes habremos escurrido un poco, y volvemos a batir bien. También podéis ponerle medio pepino pelado y cortado en dados, pero hay gente a la que no le gusta el pepino, y lo mejor que tiene el gazpacho es que cada uno se lo hace a su gusto.

Ya está. Hay que dejarlo enfriar en la nevera (podemos pasarlo a un botellón de plástico) y remover antes de servir. Si a alguno le parece muy espeso se le puede añadir agua fría y remover para mezclar, cada uno a su gusto.

Tiene que estar fresco, pero no muy frío. No le pongáis hielo para enfriar, que no hace falta tanto, y, en cualquier caso, nunca hay que servirlo con hielo.

(Por cierto, mi agradecimiento a la guapísima cocinera (13 años) que me hizo el favor de preparar el gazpacho que almorzaremos hoy y permitir pacientemente que fuera tomando las fotos)

Feliz verano.


Comentarios

  1. santi viteri [jul 31, 14:36]

    Me encanta el gazpacho. La semana que viene pienso probar tu receta

  2. Marcos [ago 1, 18:04]

    Te diré que hace unos días hicimos la receta de la sandía… y quedó regularcillo, creo que por problemas con las medidas. Da igual, ella se lo pasó bien. Esta parece muy sencilla y aunque no sé yo si les gustará, probaremos.

    Saludos

  3. Ana [ago 18, 15:38]

    Me encanta como escribes.
    Soy andaluza (de Granada) y para 6 personas preparo el gazpacho con 1Kg de tomates maduros pelados ( en vez de 3 o 4) , medio vaso de aceite de oliva (en vez de un vaso) , media barra de pan duro remojado en agua, medio diente de ajo y un vaso de agua fresca y sal y vinagre. Hubo una época en que le añadía 3 huevos crudos. Como bien dices lo bueno del gazpacho es que cada cual lo puede preparar a su gusto. Eso si, ni comparación a como sale con tomates naturales a como sale con los de lata, así que para una bulla resuelve pero si hay posibilidad merece la pena el esfuerzo de usar tomates naturales.

    Un saludo

Deja un comentario

Recordar

Sobre Pequeño LdN



Archivo:

  • Listado de números
  • Mostrar columna

Créditos:

Un proyecto de Libro de notas

Dirección: Óscar Alarcia

Licencia Creative Commons.

Diseño del sitio: Óscar Villán

Programación: Juanjo Navarro

Mascota e ilustraciones de portada: Antonio G. de Santiago

Desarrollado con Textpattern


Contacto     Suscripción     Aviso legal


Suscripción por email:

Tu dirección de email: