El profesor Burro lleva muchos años dedicado al mundo de la enseñanza. Por sus clases han pasado los mejores asnos, tarugos, borregos, alcornoques, zoquetes y zopencos. Y todos ellos sin aprender absolutamente nada.
Sus lecciones en Pequeño Libro de Notas, te ayudarán a suspender mejor todas las asignaturas y a olvidarte de todo lo que ya has aprendido.
El profesor Burro es obra de dos de sus alumnos preferidos: Miguel Ángel López (muy amigo de El Hematocrítico)
y Cristina Díaz (que nunca atendía en clase porque siempre estaba haciendo dibujitos).
Hoy, vamos a hacer una actividad de Plástica. ¡Vamos a construir un molino!
1. Para construir la base, necesitamos un cartón de leche vacío. También podemos dibujar una puerta.
2. Para fabricar las aspas necesitamos 100 helados de chocolate.
Pueden ser normales, de chocolate blanco, incluso almendrados. Es mejor que los comas uno a uno o como mucho de dos en dos. Si no, te podrían sentar mal.
Cuando hayas terminado, pega los 100 palitos formando 4 aspas.
Puedes parar un poquito para merendar, si tienes hambre.
3. Para hacer el tejado, enrollaremos una cartulina en forma de cono y lo pondremos encima del cartón de leche. Para que quede bonito le pegaremos trocitos de pendientes, collares, y todo tipo de joyas que tenga vuestra madre por casa.
Seguramente no le parecerá bien que cojáis una joya entera. Con que cortéis un par de ellas en trocitos, será suficiente.
4. Para que las aspas se muevan, las pincharemos al molino con una chincheta o un trozo de alambre.
Es muy fácil conseguir alambre. Está en el interior de cualquier aparato electrónico de tu casa. Abre el DVD, el teléfono (móvil o fijo) o el microondas y verás que dentro tienen muchísimos y utilísimos cables.
Un consejo: no lo intentéis con vuestras consolas porque podríais estropearlas.
5. Ahora vamos a pintarlo. Vacía un cubo de pintura sobre el molino y deja que se vacíe completamente para que no quede nada sin pintar.
Procura hacer esto en el salón, sobre la alfombra, para que no se te manchen tus juguetes en la habitación.
6. ¡Listo! Ya tienes un precioso molino.
Arráncalo de la alfombra – cuando la pintura se haya secado verás que es un poco difícil de sacar – y enséñaselo a tus papis.
Esa mirada que vas a ver, se llama orgullo.
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Me voy a poner ahora mismo a construir ese molino tan especial. Gracias, profesor, por esos consejos tan geniales que nos das.
mola un montón y es muy divertido