Hoy: Grandes maestros de la Música Clásica

Mozart (Federico Mozart) nació en Salzburgo en 1756 y vivió solamente 35 años. A pesar de tan corta vida, compuso un total de 755.660 obras. Esto es debido a que era un niño prodigio y comenzó a dar muestras de su enorme talento musical muy pronto. Compuso su primera sonata para piano durante su propio parto. Cuando tenía dos meses lo celebró con su cuarta Sinfonía, y a los tres años ya había escrito su primera ópera (Il Finale dil Pagnali), que narraba su paso al orinal. Su calidad como músico es tan indiscutible que, por ejemplo, llegó a ganar tres veces seguidas Operación Triunfo. Murió muy joven y sumido en la pobreza, por culpa de la gente que se descargaba sus discos por internet en vez de comprárselos.
Algunas de sus obras más importantes son La novena de Beethoven, Eine Kleine Natschmuzik (Paquito el Chocolatero) y Die Zauberflutte (El Waka Waka)

Beethoven (Luis Ricardo Sánchez Beethoven) se dedicó a la música a pesar de haberse quedado sordo. Todas sus composiciones son horribles, pero como se esforzaba mucho, a la gente le daba pena decírselo. Gracias a eso llegó a ser considerado un genio. Todo para no hacerle daño, porque vamos…
Sus obras más importantes son su concierto de Violín sobre su pizza preferida, Las cuatro estaciones de Vivaldi, su homenaje a Los Simpson Para Lisa y su obra inmortal, La música de los anuncios de los partidos de la Champions League.

Wagner (Jose María Wagner) autor de El ciclo del Anillo, un conjunto de cuatrocientas setenta y nueve óperas de diecisiete horas cada una y considerado el inventor de la anestesia.

Burrini (Giacomo Burrini) es sin duda el más grande de los compositores Burros de la historia. Con tan sólo 25 años ya era capaz de tocar el sonajero. A los 36 le tocó una rana guitarrista en un Kinder Sorpresa. Compuso su primera obra a la tierna edad de 42, la hermosísima Sonata para Silbato. Con su obra Concierto para cacerolas y megáfono obtuvo tanto éxito que fue sacado a hombros de su piso y expulsado de su Comunidad de Vecinos para siempre. Con su ópera Die Burren Derrumkspfghkpfgen compuso una emocionante historia reivindicando el papel de los burros en la historia, todo en alemán. Lo cual tiene doble mérito porque Burrini no tenía ni idea de alemán y a día de hoy nadie entiende una palabra de lo que allí se dice. Burrini falleció sepultado, de manera inexplicable, enterrado en una avalancha de tomates que los espectadores de su ópera le quisieron regalar en señal de gratitud.
Es autor de obras tan importantes como La música del telediario y Que empiece ya, que el público se va.