Osos panda humanos, venid

Buenos días.

Os anunciamos, en primer lugar, que Estudio 90, la maravillosa sección de Luis Olmedo, está a punto de llegar a su 100ª entrega, es decir, a las cien páginas de publicación en este PLdN CIEN paginazas CIEN, que se vienen publicando desde que esta aventura comenzó a dar sus primeros pasos.

Para celebrarlo, Luis está deseando que le hagáis todas las preguntas que queráis, sobre su estilo de dibujo, sus materiales a la hora de hacer la página, a qué hora se pone a dibujarla… y por supuesto, sobre el futuro del Estudio y sus moradores habituales.

Ya lo sabéis, enviadnos vuestras consultas, y atentos al próximo centenario de Estudio 90.

Hoy quiero dedicar estas letras a un sector laboral muy concreto y esforzado: el de las personas que trabajan disfrazadas de oso panda.

Ya sea que lo hagan porque su trabajo consiste en alimentar a los auténticos osos panda, para no asustarles cuando entran en la jaula en todos los zoológicos del mundo; bien sea porque trabajan como mascota de alguna empresa, como reclamo de marketing o atendiendo a un negocio de animales; bien porque dedicaron toda su vida y sus sueños a la carrera artística, y en algún momento decidieron enfundarse un disfraz de oso panda para actuar en una película o para entretener a un grupo de niños durante una función escolar. Para todos vosotros, y otros casos de trabajajores enfundados en disfraces de oso panda que ahora no me vengan a la mente, va dedicado el PLdN de hoy.

Y sin más palabrería, me despido con un abrazo y una bonita canción para los que os acabáis de despertar: